Lectura (extracto) del Evangelio de Juan, comentado por #Betania
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?»
Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Hoy el evangelio nos muestra una escena que las personas de hoy repetimos a menudo. ¿Cuantas veces oímos a nuestro alrededor a gente preguntándose: por qué la Iglesia no vende todo lo que tiene para dárselo a los pobres?
De todos es conocido el refrán «Dale un pez a un hombre, y comerá hoy. Dale una caña y enséñale a pescar y comerá el resto de su vida». Posiblemente el pez sea el dinero (el cual es importante también para combatir la pobreza). Pero, ¿Cual es la caña? ¿Cual es el verdadero perfume?¿Esa fragancia capaz de luchar contra la pobreza?
Desde #Betania creemos que el verdadero perfume; esa fragancia cuyo valor es capaz de luchar contra la pobreza es el corazón humano.Nuestra pregunta de hoy es ¿Por qué no vendes tu corazón por trescientos denarios para dárselo a los pobres?