Del Evangelio de San Mateo
Jesús dijo:
«Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños».
«Te alabo, Padre,Señor del cielo y de la tierra». En estos gritos de Jesús encontramos la sencillez de su camino por la tierra. Siendo Él, quien recibía la admiración de sus seguidores, no hace uso de su protagonismo, sino que nos enseña a mirar al cielo y a alabar a Aquel que nos une, Aquel que nos ama y nos acompaña.
Jesús nos enseña como el mensaje de Dios, es un mensaje que se revela a toda la humanidad y en especial a los pequeños. Algo que debemos aprender en nuestra Iglesia de hoy, donde parece que la palabra de Jesús sólo puede ser interpretada por los teólogos y religiosos; mientras la sociedad en general solo debemos ser esponjas que absorban lo que los ellos desde «ese protagonismo» nos comuniquen.
Hemos racionalizado el mensaje de Dios, haciendo de unos textos una interpretación mental y poca vivencia desde el corazón. Nos hemos acostumbrado a escuchar mucho y a sentir poco.
¡Ojalá aquellos bellos relatos que salieron de la boca de Jesús lleguen hoy a nuestro corazón y no sólo a nuestros oídos!
¡FELIZ DÍA FAMILIA! #Betania